PARA PADRES Y MADRES,
UNOS CONSEJITOS NO ESTÁN MAL.
“¿Quiénes son los
que manejan al niño desde su nacimiento?:
los padres. Por lo
tanto, ¿quiénes son los
responsables de lo
que les ocurra durante la infancia?:
los padres.
¿Quiénes tienen posibilidades de convertir
al niño en un ser
feliz o desgraciado, de crear un hombre
útil o un
inadaptado social?: los padres” (Giberti, 1963: 15)
Inmersos
en una sociedad, donde lo que prima es el trabajo y la tecnología, el tiempo
que algunos padres y madres dedican a sus hijos es mínimo comparado con el que
ocupan en sus labores diarias fuera de casa. Cabe decir que esas costumbres,
valores y sobre todo esas tertulias familiares donde se dialogaba y se aprendía
de todo un poco, se han ido esfumando como por arte de magia, siendo
remplazadas, según la modernidad, por el respeto al individualismo y al espacio
del otro, es decir han sido sustituidas por el trabajo, el Chat, el video
juego, la televisión, entre otros.
Sin
darnos cuenta, poco a poco se han ido perdiendo las costumbres que nuestros
antepasados inculcaban a sus hijos. Parece ser que los padres y las madres en
la actualidad, anteponen el trabajo ante la responsabilidad que tienen en el
hogar con sus hijos/as, dejando a un lado o dándole poca importancia a su educación
y cuidado.
Diferentes
investigaciones han puesto de manifiesto que el ser humano desde el mismo
instante en que el óvulo es fecundado
por el espermatozoide, necesita de múltiples cuidados, iniciando por una
estimulación temprana que permite reconocer a ese ser, que es aceptado y
querido, y cuando nace las exigencias de cuidado y amor se agrandan.
No
basta con tenerles una niñera, un colegio donde reciben educación o comprarles
innumerables juguetes, es decir suministrarles todo lo necesario materialmente,
sino que el niño/a o adolescente necesita de un hogar confortable donde crezca
seguro de sí mismo/a y sin prejuicios, para que en el mañana sea una persona de
bien con una alta autoestima que le permita enfrentarse a las situaciones
problemáticas de la sociedad.
Después
de hacer algunas investigaciones, y con la vivencia de experiencias como hija,
madre y docente he podido recopilar información sobre el papel de los padres,
hijos y docentes. Sin lugar a dudas, cada quien va por su lado apuntando a un
solo fin, conveniencias personales, o sea que, los padres trabajan para “educar
a sus hijos”, satisfacer sus necesidades
materiales y que tengan un futuro asegurado; Los hijos/as cumplen con sus
deberes diarios y tienen que conformarse, muchas veces con la compañía de
particulares, otras de familiares cercanos y en el peor de los casos del video
juego, televisión o sus “amigos” del Chat; y los docentes se encargan del
proceso de enseñanza-aprendizaje en las diferentes áreas del conocimiento,
anexándole muchas veces toda la responsabilidad de dicho proceso.
Con
todo esto los más afectados son los hijos, puesto que, están creciendo y
educándose de una forma que solo apuntan a sus gustos o preferencias, y estos
no son los más favorables. Según la opinión de algunos docentes sobre sus
estudiantes, dan la impresión que asisten al colegio obligados/as, carentes de
motivación para aprender. Esto debido a los múltiples intereses que tienen en
el hogar. Como no tienen una autoridad que les prohíba hacer determinadas
cosas, como ver televisión, chatear, estar en la calle con sus amiguitos/as,
etc. se ha ido perdiendo el gusto por el estudio, no hay motivación alguna que
los induzca a dicho fin.
¿Qué
se debe hacer en el hogar?
Está
bien que los padres y las madres necesiten trabajar para mantener a la familia
y poder darles a los hijos una “vida mejor”, pero también es cierto que los
hijos y sus necesidades deben ser su prioridad. Por lo tanto el deber como
padres y madres, es planificar el tiempo para estar con sus hijos, pero, ¡mucho
cuidado! Ese tiempo debe ser productivo, es decir, se debe invertir en el
diálogo, el juego, actividades escolares y compartir alimentos. Luego, algo muy
importante, autoevaluarse y evaluar la jornada, esto debe darse con
regularidad, no una vez al año, puesto que estos son los espacios donde se
educa.
Desde
el mismo instante que el niño/a comienza a actuar por sí solo, hay que irle
enseñando, educando, guiando cada paso. Tal cual como le enseñes y lo eduques
así va a actuar y ser en el futuro. Los
niños nacen inocentes, limpios y libres de toda perversidad y prejuicios
sociales. Entonces les corresponde a los padres y madres ir formando,
“moldeando” como supuestamente quieren que sean sus hijos, y ¡ojo! Porque a
veces sin que se den cuenta, el producto obtenido no es el más satisfactorio ni
para los padres ni para los mismos hijos.
¿En
qué nos equivocamos? ¡He ahí el detalle! Es que no son los padres y las madres
los que están educando, moldeando a los hijos en algunos hogares, son particulares,
porque los padres no tienen tiempo. ¿Qué padre o madre quiere que su hijo/a
tenga malos modales y que sea rechazado por las amistades y muchas veces por la
propia familia? Ninguno, ¿verdad? ¡Es hora de despertar! Padres madres, ¿qué
están haciendo con la educación de sus hijos, los están llevando a tener una
vida feliz en el futuro y que sepan cómo enfrentarse a las diferentes
situaciones difíciles que se les presente, o simplemente están educando para
salir del paso?
No
concibo la expresión de algunos padres y madres cuando los escucho, “es que ya
no sé qué hacer con mi hijo/a”, por favor padres, madres, si tus hijos aún
están pequeños y no quieres hacerte esa pregunta en el futuro, edúcalos
correctamente. Unas sugerencias serían:
·
Educa
con el ejemplo, si no quiere que tu hijo/a te mienta, no debes decir mentiras
en su presencia, los hijos que se educan así tienen medio camino recorrido.
·
Si
quieres que tu hijo/a sea educado/a en todo el sentido de la palabra, debes
comenzar fomentando valores en tu hogar como el amor a Dios y al prójimo, el
respeto hacia los demás, la responsabilidad, la justicia, la humildad, la
tolerancia, entre otros.
·
Bríndale
amor a tus hijos/as demostrándoselo con hechos concretos, como tener tiempo
para ayudarlos a crecer con una motivación para hacer las cosas con agrado, con
seguridad y con expectativas positivas.
·
Felicitarlos
por lo mínimo que hagan bien y corregirlos con firmeza en el momento de los
errores y equivocaciones que cometan y hacerles ver las consecuencias al
instante.
·
Enseñarles
a valorar las cosas por más insignificantes que estas sean.
·
Sea
consistente. Sus reglas no tienen que ser iguales a las que otros padres
tienen, pero tienen que ser claras y consistentes. Consistentes quiere decir
que las reglas son iguales todo el tiempo. Si dos padres están criando a un
niño ambos necesitan usar las mismas reglas. Además, asegúrese de que las niñeras
y los parientes conocen y siguen las reglas de su familia.
Para
terminar quiero compartir con ustedes el siguiente mensaje de Armando Bastidas
publicado en su Blog:
“Disfruta de tus hijos ahora, que crecen muy
rápido” es una frase ciertísima que sólo suelen verbalizar aquellos que ya se
han perdido la infancia de sus hijos. Sólo echarán el primer paso una vez, sólo
dirán papá por primera vez una vez, sólo harán su primer dibujo una vez, sólo
entrarán al cole por primera vez una vez y en días como ese puedes ser muy
importante”
“Muchos
adultos creemos que en una relación padre-hijo el que aprende es siempre el
hijo. Esto no es cierto. LOS NIÑOS TIENEN MUCHO QUE ENSEÑAR A LOS PADRES,
porque los padres somos niños grandes que hemos olvidado demasiadas cosas”
Teresa María Alfaro
Zabala
Esp. En Pedagogía para
el Desarrollo
del Aprendizaje Autónomo
IECOV Sede Ilusión