lunes, 17 de septiembre de 2012

PARA PADRES Y MADRES, UNOS CONSEJITOS NO ESTÁN MAL




PARA PADRES Y MADRES,
UNOS CONSEJITOS NO ESTÁN MAL.

“¿Quiénes son los que manejan al niño desde su nacimiento?:
los padres. Por lo tanto, ¿quiénes son los
responsables de lo que les ocurra durante la infancia?:
los padres. ¿Quiénes tienen posibilidades de convertir
al niño en un ser feliz o desgraciado, de crear un hombre
útil o un inadaptado social?: los padres” (Giberti, 1963: 15)

Inmersos en una sociedad, donde lo que prima es el trabajo y la tecnología, el tiempo que algunos padres y madres dedican a sus hijos es mínimo comparado con el que ocupan en sus labores diarias fuera de casa. Cabe decir que esas costumbres, valores y sobre todo esas tertulias familiares donde se dialogaba y se aprendía de todo un poco, se han ido esfumando como por arte de magia, siendo remplazadas, según la modernidad, por el respeto al individualismo y al espacio del otro, es decir han sido sustituidas por el trabajo, el Chat, el video juego, la televisión, entre otros.
Sin darnos cuenta, poco a poco se han ido perdiendo las costumbres que nuestros antepasados inculcaban a sus hijos. Parece ser que los padres y las madres en la actualidad, anteponen el trabajo ante la responsabilidad que tienen en el hogar con sus hijos/as, dejando a un lado o dándole poca importancia a su educación y cuidado.
Diferentes investigaciones han puesto de manifiesto que el ser humano desde el mismo instante  en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide, necesita de múltiples cuidados, iniciando por una estimulación temprana que permite reconocer a ese ser, que es aceptado y querido, y cuando nace las exigencias de cuidado y amor se agrandan.
No basta con tenerles una niñera, un colegio donde reciben educación o comprarles innumerables juguetes, es decir suministrarles todo lo necesario materialmente, sino que el niño/a o adolescente necesita de un hogar confortable donde crezca seguro de sí mismo/a y sin prejuicios, para que en el mañana sea una persona de bien con una alta autoestima que le permita enfrentarse a las situaciones problemáticas de la sociedad.
Después de hacer algunas investigaciones, y con la vivencia de experiencias como hija, madre y docente he podido recopilar información sobre el papel de los padres, hijos y docentes. Sin lugar a dudas, cada quien va por su lado apuntando a un solo fin, conveniencias personales, o sea que, los padres trabajan para “educar a sus hijos”,  satisfacer sus necesidades materiales y que tengan un futuro asegurado; Los hijos/as cumplen con sus deberes diarios y tienen que conformarse, muchas veces con la compañía de particulares, otras de familiares cercanos y en el peor de los casos del video juego, televisión o sus “amigos” del Chat; y los docentes se encargan del proceso de enseñanza-aprendizaje en las diferentes áreas del conocimiento, anexándole muchas veces toda la responsabilidad de dicho proceso. 
Con todo esto los más afectados son los hijos, puesto que, están creciendo y educándose de una forma que solo apuntan a sus gustos o preferencias, y estos no son los más favorables. Según la opinión de algunos docentes sobre sus estudiantes, dan la impresión que asisten al colegio obligados/as, carentes de motivación para aprender. Esto debido a los múltiples intereses que tienen en el hogar. Como no tienen una autoridad que les prohíba hacer determinadas cosas, como ver televisión, chatear, estar en la calle con sus amiguitos/as, etc. se ha ido perdiendo el gusto por el estudio, no hay motivación alguna que los induzca a dicho fin.
¿Qué se debe hacer en el hogar?
Está bien que los padres y las madres necesiten trabajar para mantener a la familia y poder darles a los hijos una “vida mejor”, pero también es cierto que los hijos y sus necesidades deben ser su prioridad. Por lo tanto el deber como padres y madres, es planificar el tiempo para estar con sus hijos, pero, ¡mucho cuidado! Ese tiempo debe ser productivo, es decir, se debe invertir en el diálogo, el juego, actividades escolares y compartir alimentos. Luego, algo muy importante, autoevaluarse y evaluar la jornada, esto debe darse con regularidad, no una vez al año, puesto que estos son los espacios donde se educa.
Desde el mismo instante que el niño/a comienza a actuar por sí solo, hay que irle enseñando, educando, guiando cada paso. Tal cual como le enseñes y lo eduques así va a actuar y  ser en el futuro. Los niños nacen inocentes, limpios y libres de toda perversidad y prejuicios sociales. Entonces les corresponde a los padres y madres ir formando, “moldeando” como supuestamente quieren que sean sus hijos, y ¡ojo! Porque a veces sin que se den cuenta, el producto obtenido no es el más satisfactorio ni para los padres ni para los mismos hijos.
¿En qué nos equivocamos? ¡He ahí el detalle! Es que no son los padres y las madres los que están educando, moldeando a los hijos en algunos hogares, son particulares, porque los padres no tienen tiempo. ¿Qué padre o madre quiere que su hijo/a tenga malos modales y que sea rechazado por las amistades y muchas veces por la propia familia? Ninguno, ¿verdad? ¡Es hora de despertar! Padres madres, ¿qué están haciendo con la educación de sus hijos, los están llevando a tener una vida feliz en el futuro y que sepan cómo enfrentarse a las diferentes situaciones difíciles que se les presente, o simplemente están educando para salir del paso?
No concibo la expresión de algunos padres y madres cuando los escucho, “es que ya no sé qué hacer con mi hijo/a”, por favor padres, madres, si tus hijos aún están pequeños y no quieres hacerte esa pregunta en el futuro, edúcalos correctamente. Unas sugerencias serían:
·         Educa con el ejemplo, si no quiere que tu hijo/a te mienta, no debes decir mentiras en su presencia, los hijos que se educan así tienen medio camino recorrido.
·         Si quieres que tu hijo/a sea educado/a en todo el sentido de la palabra, debes comenzar fomentando valores en tu hogar como el amor a Dios y al prójimo, el respeto hacia los demás, la responsabilidad, la justicia, la humildad, la tolerancia, entre otros.
·         Bríndale amor a tus hijos/as demostrándoselo con hechos concretos, como tener tiempo para ayudarlos a crecer con una motivación para hacer las cosas con agrado, con seguridad y con expectativas positivas.
·         Felicitarlos por lo mínimo que hagan bien y corregirlos con firmeza en el momento de los errores y equivocaciones que cometan y hacerles ver las consecuencias al instante.
·         Enseñarles a valorar las cosas por más insignificantes que estas sean.
·         Sea consistente. Sus reglas no tienen que ser iguales a las que otros padres tienen, pero tienen que ser claras y consistentes. Consistentes quiere decir que las reglas son iguales todo el tiempo. Si dos padres están criando a un niño ambos necesitan usar las mismas reglas. Además, asegúrese de que las niñeras y los parientes conocen y siguen las reglas de su familia.
Para terminar quiero compartir con ustedes el siguiente mensaje de Armando Bastidas publicado en su Blog:
 “Disfruta de tus hijos ahora, que crecen muy rápido” es una frase ciertísima que sólo suelen verbalizar aquellos que ya se han perdido la infancia de sus hijos. Sólo echarán el primer paso una vez, sólo dirán papá por primera vez una vez, sólo harán su primer dibujo una vez, sólo entrarán al cole por primera vez una vez y en días como ese puedes ser muy importante”
“Muchos adultos creemos que en una relación padre-hijo el que aprende es siempre el hijo. Esto no es cierto. LOS NIÑOS TIENEN MUCHO QUE ENSEÑAR A LOS PADRES, porque los padres somos niños grandes que hemos olvidado demasiadas cosas”

Teresa María Alfaro Zabala
Esp. En Pedagogía para el Desarrollo
del Aprendizaje Autónomo
IECOV  Sede Ilusión