domingo, 20 de noviembre de 2016

LA IMPORTANCIA DEL AMBIENTE LETRADO

El objetivo del ambiente letrado es promover una actitud positiva hacia el lenguaje escrito y favorecer el aprendizaje de la lectura y la escritura. Para lograr este objetivo es muy importante contar con variadas Estrategias para elaborar un ambiente letrado, Para ello nombraré algunas:
Textuar el aula, es decir, letrar el ambiente con diferentes textos como papelógrafos, ficheros, pictogramas, espacios o rincones con diferentes áreas, entre otros.
Las áreas deben equiparse con material que permita la interacción de los niños con los compañeros, el maestro y los mismos elementos que las componen para favorecer la construcción del conocimiento.
Numerosos estudios confirman la conveniencia de introducir tempranamente algunas habilidades como identificar letras y palabras, a fin de preparar mejor a los niños para el aprendizaje de la lectura (Rupley, Blair & Nichols, 2009). Los modelos que integran aspectos como la conciencia fonológica y el reconocimiento de letras mediante la lectura y la discusión de libros pueden optimizar la alfabetización en los niños y ayudarles a decodi - ficar y comprender (Justice & Kaderavek, 2004; Skibbe, Connor, Morrison & Jewkes, 2011; Justice, Kaderavek, Fan, Sofka & Hunt, 2009).
A medida que los diversos estudiosos fueron descubriendo cómo los niños y niñas formulaban hipótesis en cuanto al aprendizaje de la lectoescritura, estos han llegado a la conclusión de que ambos utilizan diversas estrategias para leer y escribir: claves semánticas (lectura de etiquetas de productos o rótulos de elementos del medio), pruebas de hipótesis, la manipulación y la exploración espontánea del lenguaje; además, en este proceso interviene la experiencia previa de cada uno con las letras (Harste et al. 1982, citado por Ruiz, 1996). Al respecto, Ruiz (1996) señala que los niños preescolares están muy familiarizados con las letras de las calles, los letreros de comercios, las etiquetas de productos, entre otros. Goodman y Altwerger (1981) sugieren que el desarrollo de la alfabetización como proceso natural, comienza antes de la educación formal, principalmente cuando el niño y la niña comprenden que las palabras escritas comunican un mensaje que sustituye los símbolos auditivos que se emplean para identificar objetos, acciones o diversas situaciones. Esta condición les permite que en su proceso activo de aprendizaje, construyan conocimiento sobre lectoescritura, apropiándose de los significados del lenguaje que su ambiente le brinda.
En este sentido, Ruiz (1996) y Arellano-Osuna (1990) señalan que los niños y niñas que desarrollan su conocimiento sobre el lenguaje impreso a través de un proceso “natural-emergente” demuestran comprender, desde muy temprana edad, que el lenguaje escrito así como el oral, es un instrumento funcional de comunicación. Desde esta posición, la labor pedagógica que se desarrolla con niños y niñas del nivel inicial (período de edad entre cero años y seis años), se ha visto enriquecida en los últimos años, con la introducción del ambiente letrado, pues los infantes desde temprana edad tienen la oportunidad de estar en contacto con material impreso, con material para escribir y, lo más importante, con la receptividad del adulto para atender a todas las interrogantes que les planteen, en relación con esta área.
Según, Peterson, Taylor y Hansen, los niños no necesitan alcanzar cierta etapa o preparación formal previa antes de que puedan aprender a leer y a escribir. Por lo tanto es necesario acercarlo al significado del material impreso que se encuentra inmediato al él, desarrollando la noción de letra, palabra, oración y correspondencia entre palabras escritas y habladas, ya que debe comprender que se puede representar los sonidos del lenguaje hablado en forma escrita.

Además es importante que el niño pequeño identifique que el significado del mensaje está en las palabras impresas y no en las imágenes del material impreso.

En la educación preescolar, la sala de clases, debe proporcionar a los niños, un ambiente completamente letrado, abundante en material impreso significativo, que entregue experiencias diarias de acercamiento a la lectura y a la escritura.

También, la Educadora debe tener presente realizar actividades educativas que aumenten el conocimiento de lo impreso en los niños, a través del manejo diario de libros informativos y atractivos para ellos, realizando juegos socio-dramáticos y cumpliendo un papel de mediador, incentivando a los niños a la escritura, expresando sus intereses, por medio de escritura compartida.

El desarrollo de actividades que aporten a la comprensión y uso de los fonemas constituyen una parte importante del proceso de alfabetización inicial, porque la habilidad de deletreo y reconocimiento de un fonema con su correspondiente grafema es un buen predictor del logro de la lectura (Peterson, Taylor y Hansen).

Algunas actividades que podemos mencionar para el desarrollo del conocimiento del fonema es incorporar juegos verbales, creando los niños sus propias rimas, reforzar el sonido de las letras de las palabras, extraer oraciones de un texto para luego realizar preguntas sobre ésta, orientadas a que los niños puedan escribir e identificar fonemas.

Se debe enseñar los principios alfabéticos, es decir, la relación entre las letras y sonidos, reconociendo la forma, nombre y sonido de las letras del alfabeto, en contextos significativos, cotidianos, cercanos y del interés del niño. Es necesario motivar a los niños en actividades de deletreo y escritura, aprovechando esta instancia para también programar múltiples oportunidades de enriquecimiento de vocabulario y habilidades lingüísticas orales, permitiendo que el niño hable y escuche a los demás, se exprese libremente y en conjunto puedan discutir, la Educadora debe realizar lectura en voz alta, potenciar las nuevas palabras y realizar preguntas acerca del texto. Es fundamental que las actividades que se le proporcionen al niño sean realmente motivadoras y significativas, ya que quizás he visto durante mis experiencias y visitas a los jardines, muchas actividades entretenidas para los niños, pero quizá muchas de éstas no contienen realmente un fin significativo y educativo de enseñanza, por lo cual, este tema nos conlleva hacia la reflexión de nuestras prácticas educativas, que la realización de nuestras actividades sea provechosa y que derive a instancias de enriquecimiento y habilidades en los niños.

5 comentarios:

  1. muy buen texto y clara explocacion gracias!!

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  2. aparte del uso de la nueva nomenclatura que usan, con una estructura mas lingüística,cual es la diferencia de enseñar la lecto escritura con el método tradicional, que seguía la secuencia concepto letra, asociación sonora con el "dibujo de la letra que lo significa o identifica, dibujo de las letras (escritura) , silaba, construcción silábica, comprensión de lectura y lectura oral ,
    leo el método y salvo el mobiliario y el cambio de lenguaje técnico que se desplaza hacia la evolución de la construcción lingüística, no encuentro la evolución metodológica, si alguien me puede explicar en que consistió esa evolución metodológica lo agradezco.

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